Crazy (Patsy Cline, 1961)
Aunque
dicen que la aborrecía con todas sus entrañas, “Crazy” es Patsy Cline, o al
menos eso nos vende Jessica Lange en la película Sweet Dreams, el aclamado
“biopic” de 1985 sobre la efímera estrella del country, erigida en leyenda por
su trágica muerte con apenas 30 años, en 1963.
Según
el filme, las palabras finales de la
Cline cuando la avioneta en que viajaba junto a su manager y
dos músicos se estrelló en Camden, Tennessee, fueron un lánguido “Charlie…”,
postrer evocación de su adorado tormento, un tipo al parecer medio energúmeno,
violento, posesivo y machista.
Sin
embargo, se dice que fue el propio Charlie Dick quien le insistió en que
grabara aquel lánguido tema compuesto por Willie Nelson, por entonces un
perfecto desconocido que buscaba quién hiciera famosas sus canciones.
De hecho, Nelson
primero intentó venderle “Crazy” –cuyo primer título fue “Stupid”- al productor
Larry Butler por apenas 10 dólares, pero fue rechazado. Pero al equipo de la
cantante le interesó para promocionar el disco “Patsy Cline Showcase”, y aunque
a la diva no le gustaba, acabó cediendo a la insistencia de Charlie y del
productor Owen Bradley.
Grabar el
single tampoco fue fácil, pues apenas dos meses antes Patsy había salido
disparada a través del parabrisas de un auto en un choque, y acabó con dos
costillas fracturadas. Como consecuencia, no pudo grabar de entrada “Crazy”,
pues el dolor le impedía alcanzar las notas más altas.
Vale aclarar
que cuando esta canción llegó a Patsy Cline, ya la cantante era una estrella
hace rato, con éxitos como “Walkin' After Midnight” y “I Fall to Pieces”, ambos
clásicos del género country. La grabación comenzó a mediados de agosto de 1961
en los estudios del sello Decca, y Nelson estaba en ascuas, pues la cantante no
acababa de sentirse cómoda con el tema.
Ella decidió irse
a descansar, mientras los músicos de sesión grababan la música bajo los
arreglos de Bradley. Dos días después, la cantante acudió en muletas al
estudio, y grabó la parte vocal en una sola toma, el 21 de agosto del año 1961.
Menos de dos meses después, “Crazy” salió como single.
El éxito fue
inmediato. De entrada, alcanzó el puesto nueve del Billboard Hot 100 y fue segundo
entre los sencillos de country. Además de catapultar la carrera como compositor
de Willie Nelson, hoy día una leyenda musical, aquella melancólica autoflagelación
se convirtió en un icono nacional.
De hecho, la Asociación de Operadores
de Música y Entretenimiento considera a “Crazy” la canción más puesta en las
rocolas estadounidenses, superando al “Old Time Rock And Roll” de Bob Seger. Algo
tendrán esas canciones de amores infames y sufridos, porque los bolerones de Contreras,
Riset y la Lupe solían
quemar las vitrolas de antaño.
Se
dice que Patsy Cline maldecía como un marino, y no permitía que le dijeran qué
hacer. Revolucionó el género, cambió el traje de “cowgirl” por vestidos
sofisticados y se ganó a puro talento ser la primera mujer inducida al Salón de
la Fama del
Country. Quizás ayudara su prematuro adiós, pero si medio siglo después aún nos
enternece su melodiosa confesión de locura, o era una cantante genial, o
sencillamente todos estamos “crazy”…
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