Entradas

Mostrando entradas de 2016

Motivos de un Sentimiento (Joaquín Sabina, 2003)

Imagen
  Con tantos clásicos que tiene Joaquín Sabina , aparecerme con el himno que compuso para el centenario del Atlético de Madrid parece una aberración que no me perdonarán los seguidores del pendenciero de Jaén, pero mientras dure el Mundial el fútbol lo inunda todo. Incluso esta sección… Sabina es un colchonero de pura cepa, o sea, un seguidor del club allende el Manzanares, cuya catedral es el estadio Vicente Calderón y su credo amar a su equipo aunque pierda. Se dice, con razón, que para ser del Atléti hay que sufrir. Si no quieres sufrir, hazte del Real Madrid o del Barça. Es una pregunta recurrente de hijos a padres: ¿Por qué somos del Atléti? Y casi siempre la respuesta es “porque sí”. No existe realmente una explicación lógica, y el propio Sabina lo reconoce en las primeras estrofas de la canción que le musicalizóPancho Varona , en versiones para banda, chirigota y rock. “Aquí me pongo a contar, motivos de un sentimiento que no se puede explicar. Y eso que no doy el t

Los otros Rolling Stones

Imagen
  “Se murió uno de los Rolling Stones”, dijo alarmada mi suegra, consciente de mis filiaciones musicales. Así lo leyó en el panegírico escrito por mi viejo secuaz Michel Hernández, quien no se equivocó al despedir al saxofonista Bobby Keys como un indiscutible integrante de sus Satánicas Majestades.  Keys falleció la pasada semana, a pocos días de cumplir 71 años de edad, víctima de una dolencia hepática. Los Stones hicieron público su dolor, en especial el guitarrista Keith Richard, quien se sentía particularmente unido a Bobby, entre otras razones porque nacieron el mismo día. El deceso de este virtuoso que también colaboró con Lynyrd Skynyrd, Eric Clapton y The Who, nos recuerda que los Rolling Stones son, parafraseando el nombre de una de sus famosas giras, una banda mucho más grande que sus celebérrimos Richard, Mick Jagger, Ronnie Wood y Charlie Watts. De hecho, hay otras figuras imprescindibles en esta formación británica, y así como George Martin se g

(I Can't Get No) Satisfaction (Rolling Stones, 1965)

Imagen
  Silvio o Pablito, el Barza o el Madrid, Sabina o Arjona… He vivido bajo la constante presión de definirme, aunque ningún emplazamiento es tan risible como pedirme tomar partido entre los Beatles o los Rolling Stones. A mí, que he criado a mi hijo oyendo canciones de sus Satánicas Majestades… Sería tonto negar la grandeza de los chicos de Liverpool, y no lo haré yo, que a fuerza de inyectarme “beatlemanía” en vena me hice adicto. Pero uno no escoge sus pasiones, y yo soy incondicional   de estos vejetes inconformes que en 1965 proclamaron su eterna insatisfacción, y todavía dan guerra… Sin dudas el lanzamiento hace medio siglo del single “ (I Can't Get No) Satisfaction ” hizo que los Rolling dejaran de ser apenas un grupito más para convertirse en la superbanda llamada a estremecer los cimientos del rock. “Tenía un título pegadizo, un riff contagioso, un gran sonido de guitarra, y captura el espíritu de alienación que imperaba entonces”, relató su autor, el