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Mostrando entradas de abril, 2018

Learn to Fly (Foo Fighters, 1999)

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Dave Grohl no necesitaba que mil músicos italianos interpretaran en vivo su clásico Learn to Fly para hacerse famoso, pero sin dudas la idea más loca de Fabio Zaffagnini le vino de maravillas: casi 26 millones de internautas han visto el espectacular tributo a este himno de los Foo Fighters en tres meses.    Durante un año, Zaffagnini organizó el evento Rockin 1000 para invitar a Grohl y compañía a dar un concierto en Cesena, Italia, y el resultado fue algo contundente, una sinfonía tan sincronizada, alegre y apasionada, que acabó conmoviendo al mismísimo Dave. Funcionó, de hecho…    En otro video, que también se volvió viral, Grohl agradeció el gesto y dijo que pronto se presentarían en Cesena ante unos seguidores que, como pide la canción de marras, indudablemente han aprendido a volar…    “Italia no es un lugar donde los sueños se hacen realidad fácilmente, pero es una tierra de pasión y creatividad”, señaló Zaffagnini, que logró emocionar a un músico que, en teo

Aquarius/Let the Sunshine In (5th Dimension, 1969)

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Despierto con la triste noticia de que murió Milos Forman, no porque fuera familia mía, si no porque le debemos una película que nos marcó muchos: Hair . Como solo nos queda el arte, les cuento la historia del “medley” que identifica aquella psicodélica ópera rock. Hablamos de  Aquarius/Let the Sunshine In , fusión que captó el alma de una época marcada por sueños de paz, amor y libertad… Ingenua y hermosa, como toda utopía, la filosofía hippie que destila este himno de los 5th Dimension nos pinta el amanecer de la Era de Acuario, que reemplazaría el virulento reinado de Piscis, justo cuando la luna entre en la séptima casa y Jupiter se alinee con Marte. Aquellos soñadores que hacían el amor y no la guerra en la década de 1960, creían firmemente que esos años de contracultura eran los elegidos, aunque los astrólogos fijaron la regencia acuariana entre los años 2062 y 2680. A la poesía, sabido es, nunca le han importado demasiado las verdades frías, si no las esencias. Por eso

Los Músicos de Bremen (Soyuzmultfilm, 1969)

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Mi hijo, no contento con alegrarme la existencia día a día, encontró otra manera de hacerme uno de los tipos más felices del mundo, pues de la sarta de animados musicales que ha visto en sus cuatro años de vida, siempre vuelve a un viejo clásico de los muñequitos rusos:  Los Músicos de Bremen . Comprendo que el instinto inicial de algún lector sea pensar “¡Qué clase de abusador es el Charly este!”, pero lo perdono. En un final, alguna que otra vez todos despotricamos de aquellos muñequitos de palo, más por fastidio que porque se lo merecieran, pues el tiempo demostró que eran clásicos. Fíjense si lo eran, que las generaciones de cubanos que crecimos con ellos los recordamos con nostalgia. Teníamos poco, nuestro universo era ínfimo, y sin embargo tuvimos una feliz infancia de mataperreo, lecturas y poca televisión. Sí, niños de ahora y millenials, fuimos felices sin videojuegos y descalzos… Quizás porque valoro mi educación sentimental me reconforta tanto ver a mi niño salir de

Marilú (Juan Formell, 1969)

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Leo en Magazine AMPM que Telmary Díaz se hará oír en la Feria Internacional de la Música que organizará Guadalajara , y me alegro por esta artista con la que habré hablado si acaso un par de veces, pero que disfruto desde los reveladores años de beca, como parte de aquel Free Hole Negro que nos contaba de los superfinos negros y su huelga de rumba...  Como buena estrella, Telmary es luz, y la irradia. Al parecer es algo genético, porque tanto  iluminó su mamá, que inspiró el primero de los muchos clásicos de quienes Mister (Jorge) Smith definió como los Rolling Stones de Cuba. Hablo de dos instituciones: Marilú y los Van Van. Aquel bolero-songo fue la carta de presentación de la orquesta cuya fecha oficial de nacimiento fue el 4 de diciembre de 1969, aunque par de meses atrás habían grabado su primer disco (Volumen I), en los estudios de la Egrem, con producción y orquestaciones de Juan Formell . Marilú fue la tercera pista de dicho fonograma, que incluía otras joyas como Y

Venus (Shocking Blue, 1969)

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Si le hablo de Holanda, usted seguramente pensará en Rembrandt, diques, tulipanes, fútbol total o las pecaminosas vidrieras de Ámsterdam, pero no en un éxito que hizo bailar a medio mundo, incluido Cuba:  Venus , de Shocking Blue , un clásico de la psicodelia primero y del género “dance” después. Para ser sinceros, casi nadie reconoce a este clásico por su título, si no por su contagioso estribillo (“She’s got it, oh baby, she’s got it”).  Por ejemplo, la canción fue casi un himno para la sub-cultura hippie en la Unión Soviética , que no se sabía la letra, pero coreaba un entusiasta “ Shizgarah ” que pasó a la historia, sirvió de nombre a clubes y hasta a una novela de Sergey Soloukh . Pero… ¿Qué vamos a reprocharle a aquellos “konsomoles” descarriados, si hasta los propios autores pifiaban con el inglés? Robbie van Leeuwen, el guitarrista de la formación neerlandesa, escribió mal el primer verso del tema, cambiando “goddess” (diosa) por “ godness” (bienestar), y así salió. Y

California dreamin’ (Mamas and the Papas, 1963)

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California Dreamin’ tiene esa extraña cualidad de ciertas canciones de ponernos nostálgicos con algo que ni siquiera vivimos. Al menos cuando John y Michelle Phillips la escribieron en 1963, sintiéndose raros y melancólicos en New York, todavía faltaban 16 años para que yo naciera y muchos más para que descubriera aquel himno de la cultura hippie. Y aún así, logra conmoverme... Tras la experiencia neoyorquina, los Phillips se unieron a Cass Eliott y Denny Doherty para formar los Mamas and thePapas , agrupación imprescindible de la música anglosajona en aquellos años contraculturales, cuyo primer gran éxito fue, precisamente, California Dreamin’, en 1965. Además de este y otros clásicos, al memorable cuarteto se le debe la organización del Festival de Monterrey , donde el divino Jimi Hendrix aleló a todos con su guitarra zurda, disculpándose mientras besaba el cielo, arropado por su bruma púrpura. Volviendo al clásico de hoy, la canción nació de la añoranza de Michelle p