A whiter shade of pale (Procol Harum, 1967)



Quizás el título en inglés y el críptico nombre de la banda le hagan dudar de cuán clásico sea este tema, pero cuando sepa que es la versión original del Con su blanca palidez popularizado en español por Cristina y sus Stop, de seguro recordará su conocida melodía de organillo tristón.
Compuesta por Keith Reid para la banda británica Procol Harum, este tema fue lanzado como sencillo el 8 de junio de 1967 y encabezó las listas de su país durante seis semanas al hilo, gracias a su letra y una distintiva instrumentación que más adelante inspiró otro clásico, el Je t'aime... moi non plus del curioso dúo de Serge Gainsbourg y Brigitte Bardot
En Cuba muchos lo conocieron gracias a su versión hispana, frecuentemente radiada en el programa Nocturno, que aún hoy recuerda aquel período musical conocido como la Década, que duró mucho más. Muchas de las canciones popularizadas entonces devinieron piezas de culto en virtud de nostalgias e innegables cualidades.
De hecho, esta canción en particular respiró un segundo aire en 1995, cuando la británica Annie Lennox –ex integrante de Euryhtmics- la cantó a su genial y personalísimo aire, que embarga en otras de sus interpretaciones más famosas, como Why o Love Song for a Vampire.
 La letra en cuestión, un poema de Reid, es una colección de frases abstractas sobre las relaciones chico/chica, utilizando metáforas al estilo marinero. El título se lo escuchó a alguien describiendo a una muchacha cuyo rostro había palidecido aún más allá de lo pálido. Cosa loca…
Gary Brooker, vocalista del grupo y responsable de la música, admite que aquello no era muy coherente, pero le daba el pie justo para componer algo entre clásico y jazzeado. “No tienes por qué saber un significado siempre y cuando puedas comunicar una atmósfera y un sentimiento”, dijo.
Según explicó años después, Reid quedó impresionado por ciertos filmes franceses de corte surrealista, que de cierta manera lo turbaron y le hicieron parir aquellos versos. Al llevárselos a Brooker, este solo necesitó dos horas para encontrarle acomodo a la melodía que se le ocurrió.
La canción era el doble de larga y la recortaron de cuatro a tres versos, aunque fue por su bien. La grabaron en vivo, con un órgano Hammond y en tres tomas, cantada con un aire de soul.  Por cierto, el mítico Otis Redding la quiso cantar también, pero los Procol Harum querían la exclusiva.  
Casi cuatro décadas después, el tecladista Matthew Fisher logró presentar con éxito una demanda judicial reclamando parte de los royalties por sus aportes a la composición. Se trataba, después de todo, del primer organista que la interpretó, y una Corte le dio la razón en 2006. Brooker apeló con éxito, y el asunto ha llegado hasta La Cámara de Los Lores.
Por otro lado, John Lennon y Paul McCartney dijeron en su momento que era su canción favorita y que no se cansaban de escucharla. Pero eso lo dijeron de otras, así que mejor no hacerles demasiado caso.
Como sea, A whiter shade of pale es un clásico gracias a su progresión de acordes, línea melódica, letra fundente y, sobre todo, porque le gustó a una generación lo suficientemente delirante como para disfrutar un tema que hizo palidecer a sus rivales… más allá incluso de lo pálido…

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