Tie a yellow ribbon (Tony Orlando y Dawn, 1973)
Me cuadró un mundo la nueva
iniciativa para sensibilizar a los yumas con el caso de los Cinco: tiene que
faltar bomba entre pecho y espalda para no ponerse sentimental con la onda del
lazo amarillo, y más con ese pedazo de versión que le hicieron en Cuba a una
canción que ha demostrado su eficacia para lograr lo imposible, como resucitar la
marchita carrera de Tony Orlando: “Tie a yellow ribbon round the ole oak tree”
De hecho, Tony Orlando llevaba
ya cuatro años retirado de la música, pues no soportaba un fracaso más, cuando en
1973 cayó en sus manos aquel tema escrito por Irwin Levine y L. Russell Brown,
que de sopetón hizo mundialmente al grupo donde cantaba junto a Telma Hopkins y
Joyce Vincent Wilson, Dawn.
El tema en cuestión narra
el regreso a casa de un preso que no sabe si aún su novia lo ama, luego de tres
años encarcelado. Para evitarse el fiasco, le escribe pidiéndole que ate un
lazo amarillo en el viejo roble, para saber si aún ello lo quiere.
Temeroso ante la
posibilidad de encontrarse el roble desnudo, el personaje le pide al chofer del
ómnibus donde regresa a casa que mire si hay un lazo, y le responden que no hay
uno, sino 100: lo esperaban con los brazos abiertos.
Si bien sencilla, la
historia conmovió a un público que tiene al lazo amarillo como un símbolo del
amor que espera. Su origen data del siglo XIX, cuando algunas mujeres se
recogían el pelo con una cinta amarilla como señal de que un ser querido estaba
en la guerra. Aquella tradición fue recogida por la vieja canción “'Round Her
Neck She Wears a Yeller Ribbon”, que luego inspiró la película “Ella usó un
lazo Amarillo”, protagonizada por John
Wayne.
La narración oral de
Estados Unidos recoge el relato de dos amantes que, separados por la guerra, se
juran fidelidad y dejan un pañuelo amarillo como recordatorio de que el amor
ausente siempre será bienvenido en su regreso a casa. Pete Hamill, columnista
del New York Post, resucitó aquella tradición con su artículo “Going Home”
(1971), sobre unos universitarios que se topan con un exconvicto que mira
ensimismado un pañuelo amarillo atado a un roble en Brunswick, Georgia. Aquel
hombre no era al único que alguien esperaba…
Al año siguiente fue
reimpreso “Going Home”, y la cadena ABC sacó al aire una versión dramatizada,
con James Earl Jones en el papel protagónico. Visto el éxito, Levine y Russell
Brown reclamaron los derechos de su canción “Tie a Yellow Ribbon 'Round the Ole
Oak Tree”, pero Hamill los demandó por plagio, pues no estaba convencido de que
no hubieran copiado su artículo al descaro.
Aquel rifirrafe favoreció a
Tony Orlando, que grabó la canción y la lanzó como single, y en abril de 1973
alcanzó la cima del Billboard Hot 100, puesto que conservó por cuatro semanas.
Solo en Estados Unidos el tema vendió tres millones de copias, y también encabezó
las listas en Reino Unido y Australia.
Esta canción fue muy oída
en Cuba, donde también pegaron otros éxitos de Tony Orlando, como “Candida” y
“Knock three times”. Ahora regresa en una excelente versión que cuenta con el
virtuosismo de Frank Fernández al piano y Pancho Amat en el tres, más las voces
de Kiki Corona, Amaury Pérez, Silvio Rodríguez, Gretell Barreiro y Luna
Manzanares, como parte de la campaña por la liberación de los llamados Cinco Héroes.
La onda es lograr el
regreso a casa de Fernando González, Ramón Labañino, Antonio Guerrero y Gerardo
Hernández, que junto al ya liberado René González fueron arrestados en 1998 por
haberse infiltrado entre grupos radicales radicados en Estados Unidos, para frustrar
atentados y agresiones contra Cuba.
A estas alturas, solo un
indulto del presidente Barack Obama salvaría a estos cinco. Pero no es primera
vez que “Tie a yellow ribbon” es usada como himno en asuntos políticos: durante
la crisis de los rehenes estadounidenses en Irán, de la cual Ben Affleck contó
su versión en Argo, esa era la canción que cantaban para decirles que los
esperaban en casa. También la cantaron a Benigno Aquino para pedirle que dejara
su exilio en Estados Unidos y volviera a Filipinas para dirigir desde dentro la
oposición contra Ferdinando Marcos, quien lo asesinó en la mismísima pista del
aeropuerto de Manila. En el sepelio de su viuda, Corazón Aquino, también
entonaron esa canción que es todo un clasicazo.
La canción me gustaba mucho
antes, ahora me gusta más…
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